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Credo

Quiero decir
es frío este mar tan ausente
y díscolo y nocente el sol del horizonte.
Quiero decir
tus labios, la última palabra,
las quedas golondrinas de un invierno de muerte.
Quiero decir
yo sufro, suscribo mi tristeza,
este aguijón de sangre, fulgor del tiempo amado.
Quiero decir
yo tiemblo y llevo un hombre en vilo
y he de gritar más alto aunque así cunda el miedo.
Quiero decir
la daga que atraviesa mi vida,
esta espita de gases que estraga en mis pulmones.
Quiero decir
me templas reclinada en mi espalda,
asiendo así los goznes de un espíritu torvo.
Quiero decir
Ignoro y callo, hasta me olvido
del rencor y del agua amarga de mis versos.
Quiero decir
ahora tu nombre, pronunciarlo
como vocal espuma, como lava o ventalle.
Quiero decir
existe la mística del barro,
el óxido en el oro, esas horas falaces.
Quiero decir
anuncio corazones de plata
y agoreras palomas de la muerte transidas.
Quiero decir
reviente el mar de cobre y surja
del cieno de los peces una boca que clame.
Quiero decir
yo amo las márgenes y el plomo,
aunque sé que es mentira, por parecerme al hombre.
Quiero decir
tú tienes en tus manos mi cuerpo
y bebes de mi sangre aunque nadie te exculpe.
Quiero decir
no entiendo el vino desangrado
ni la carne convulsa ni el cuchillo en la sombra.
Quiero decir
yo amo, se me quiebran las alas.
Yo amo y os lo digo y que Dios me perdone.