Blog

Vocación de ser

Soy de los que han buscado
-o, al menos, lo he creído-
un lugar en la tierra.
No sé si he fracasado sobre una tarde amarga.

Devoré con mis dientes alcornoques bornidos,
encinas, pinos, fresnos, robles y cornicabras,
acebuches, lentiscos, arrayanes y urces,
labiérnagos, torbiscos, piornos y cantuesos.

Quizás cuando mordía mi pan junto a las bestias
vertí néctar de odio. Quizás sin pretenderlo.

Ablandé las espuelas cuando me fue posible.
Sólo besé los labios que su piel me ofrecieron
y no di más limosna por temor a la ofensa.

No pronuncié más nombre que el que me dio la vida.
Ahora ya no tengo más vocación que amarte.